Hacia mucho tiempo que no volvía a escribir nada, pero alguien me ha hecho recordar lo bien que me sentí los días en los que recurría a esta terapia de bienestar. Así que aquí estoy de nuevo.
Ha pasado mucho tiempo, el trabajo, los niños, la casa.... son muchas cosas que hacer a diario y en 24 horas me falta tiempo para todo; pero en general, no puedo quejarme.
Han sido unas navidades mágicas, lejos de casa y en sitios con encanto. Desde muy pequeña, no han sido unas fechas que me gusten, y nunca les había encontrado el atractivo; pero desde que soy madre, las vivo con distinta ilusión. No quiero que mis hijos pierdan ni un ápice de esa inocencia e ilusión mágica que representan esas fechas. Así que me veo envuelta todos los años, en la decoración del hogar: el árbol, el belén, luces por todos lados... y como no, la gran ciudad llena de color y gente.
A pesar de todo, este año decidí irme a pasar junto a mi familia el día de nochebuena y navidad a Eurodisney; y sin lugar a dudas, ha sido una de las mejores navidades que he pasado jamás. Incluso mejor que las navidades de hace seis años, cuando nació uno de mis pequeños. Sólo por verles la cara... todo esfuerzo merece la pena.
Pero todo lo bueno se acaba, y ahora toca estar de vuelta a la realidad... así que aquí estoy de nuevo, inmersa en mi vida cotidiana, con todo lo que ello conlleva...
... nos vemos pronto.
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